Querido Francis:
Tu papá, hombre honesto si los hay, fue mi primer hijo y vos mi primer nieto; pero mi segunda alegría por cuanto mi ejemplar hijo me daba a su primer descendiente. Lamentablemente la distancia nos impidió disfrutarte durante tu niñez; pero cuando teníamos la oportunidad de tenerte en brazos, acariciarte y escuchar tus balbuceos nos hacías intensamente feliz. Siempre fuiste una criatura maravillosa.
Los años han transcurrido vertiginosamente y ya sos un joven con sueños, aspiraciones, actitudes y obligaciones muy diferentes a los de la niñez; pero eso no impide que sigas plenamente integrado a tu familia y compartas con ellos todas tus inquietudes y anhelos.
Tenés la suerte de tener un padre ejemplar, digno, respetuoso,solidario, comprometido al 100% con su familia la Santa Iglesia. En él tenés un ejemplo magnífico y un modelo moralmente irreemplazable para imitar y aprender para que tu juventud y adultez se desarrollen por el camino recto que conduce a las virtudes. Tomalo como ejemplo y no te dejés arrastrar por los chantas, y faranduleros que pululan por todos lados y son grandes activistas de la estupidez y no pierden oportunidades de conquistar adeptos y si son seres virtuosos mejor, para darse el gusto de corromperlos y tenerlos como cómplices.
Tu papá, hombre honesto si los hay, fue mi primer hijo y vos mi primer nieto; pero mi segunda alegría por cuanto mi ejemplar hijo me daba a su primer descendiente. Lamentablemente la distancia nos impidió disfrutarte durante tu niñez; pero cuando teníamos la oportunidad de tenerte en brazos, acariciarte y escuchar tus balbuceos nos hacías intensamente feliz. Siempre fuiste una criatura maravillosa.
Los años han transcurrido vertiginosamente y ya sos un joven con sueños, aspiraciones, actitudes y obligaciones muy diferentes a los de la niñez; pero eso no impide que sigas plenamente integrado a tu familia y compartas con ellos todas tus inquietudes y anhelos.
Tenés la suerte de tener un padre ejemplar, digno, respetuoso,solidario, comprometido al 100% con su familia la Santa Iglesia. En él tenés un ejemplo magnífico y un modelo moralmente irreemplazable para imitar y aprender para que tu juventud y adultez se desarrollen por el camino recto que conduce a las virtudes. Tomalo como ejemplo y no te dejés arrastrar por los chantas, y faranduleros que pululan por todos lados y son grandes activistas de la estupidez y no pierden oportunidades de conquistar adeptos y si son seres virtuosos mejor, para darse el gusto de corromperlos y tenerlos como cómplices.