Memorias 10



Capítulo 10

Familia y Comunidad

La familia es el medio de amor donde se engendran los hijos y se los alimenta física y espiritualmente. Cuando los padres viven las virtudes generan personas libres, responsables, respetuosas, comprometidas con los valores éticos y conscientes de la necesidad de esforzarse y hasta sacrificarse para lograr objetivos en el estudio, trabajo y todo lo que contribuya a superarse y mejorar sus condiciones de vida. Este tipo de familias son los verdaderos cimientos de la comunidad. Es por ello que hay que hacer mucho hincapié en la unión y el afecto entre sus miembros. Esa unión y ese afecto no solo deben existir sino que deben manifestarlo, demostrárselo, hacerlo patente y visible, no sólo mientras los hijos están en el hogar paterno sino también, o más aún, cuando se casan y forman una nueva familia. Esta actitud de amor, de comprensión, de cercanía y de apoyo entre sí es un extraordinario ejemplo para sus descendientes.

La mejor forma de profundizar esa unión y armonía es evitar las críticas o el prejuzgamiento entre sí. Esto vale para las familias y por ende beneficia las relaciones con la comunidad. Además, así como luchamos, trabajamos y defendemos denodadamente la familia debemos integrarnos a entidades comunitarias que ayuden a mejorar el entorno y las condiciones de vida del vecindario, la profesión, las necesidades departamentales, etc. Esto lo aprendí cuando, en la docencia asesoraba a las cooperadoras escolares, los clubes de madres y los centros de ex-alumnos. Es por ello que a lo largo de mi vida e integrado y cofundado varias Organizaciones No Gubernamentales (ONG). Empecé integrándome a la Unión Docentes de Escuelas Nacionales (UDEN) cuando luchábamos por tener un Estatuto del Docente y sueldos dignos. Lo primero lo logramos, lo segundo a medias. Aclaro que la participación era totalmente ad-honorem y fuera de los horarios escolares. Participé algunos años en Cámara Júnior. Cuando recibí mi primer vivienda propia, con un grupo de adjudicaciones creamos la Unión Vecinal del Barrio San Rafael y los principales logros fueron la iluminación de sus calles y también el asfaltado. En gestiones ante el Instituto de la Vivienda se consiguió una notable reducción en el costo de las viviendas a quienes deseaban cancelarlas y disminución de la cuota a quienes no podían. Anualmente realizábamos concursos de jardines, lo que motivaba a los vecinos y vecinas a esmerarse en su realización y el barrio ofrecía una imagen bellísima que incluso merecía el comentario de la prensa local.

Cuando hice el Cursillo de Cristiandad y durante el Obispado de Monseñor León Cruz, ya fallecido, fui presidente del Secretariado del Movimiento. Además de estar siempre publicando cartas en los diarios, sobre temas de actualidad, que aún no dejo de hacerlo, también tuve, con una colega, un programa en Radio Municipal que se denominaba: “Tiempo de Familia”. Desde ya que la temática giraba en torno de la promoción y la defensa de tan noble entidad.

Con un grupo de colegas del orden secundario y primario fundamos la Cooperativa del Docente del Sur Mendocino, que en principio abrió una proveeduría y luego se embarcó y lo consiguió acabadamente, en la construcción de un barrio y a la fecha sigue en ese rubro y cuenta con sede propia en el primer barrio que se hizo a pulmón exclusivamente con el aporte de los socios.

También promoví y con la ayuda de vecinos fundamos la Asociación Amigos de la Avenida Sarmiento, con el objetivo de lograr el hormigonado y cubrimiento del colector aluvional que se encontraba al costado sur de la avenida. No solo se logró dicho proyecto sino que además se ensanchó y mejoró el sistema de iluminación. El cambio fue espectacular, pues se ganó en amplitud y seguridad. Esto impulsó la instalación de comercios sobre la misma y hoy es una pujante zona comercial.

AS.FA.DE., Asociación por la familia y la decencia también me contó entre sus promotores y luego se transformó en Pro.De.Fa, Promoción y Defensa de la Familia, que tenía filiales en varias provincias. Estas surgieron como reacción ante los primeros instintos de implantar la educación sexual en las escuelas, de lo que en poco tiempo se dejó de hablar. Hoy ya está en marcha y sin ningún tipo de reacción en su contra. Es indudable que los argentinos hemos perdido los reflejos y no reaccionamos ante nada, todo lo aceptamos con cierto fatalismo y toleramos hasta las más atroces aberraciones. Además integré los consorcios que se generaron en el barrio para lograr las redes de gas natural y cloacales, cuando vivía en 3 de febrero y Sarmiento.

Mi última actividad comunitaria, al menos por el momento, fue presidir la Coordinadora Pro-repetidora de Canal 7 Argentina. Fue iniciativa mía y la integraban: APYME, Federación de Uniones Vecinales, Federación de Jubilados y Pensionados Nacionales, Consejos Asesor de la 3ª Edad, Movimiento Cooperativo y Asociación Mutual de Educadores Provinciales Jubilados, a quienes representaba. Fueron cuatro años de mucho esfuerzo y dedicación; pero valió la pena, hoy San Rafael cuenta con la repetidora del canal estatal, a pesar de la férrea oposición y presentación ante la Justicia Federal de un fuerte monopolio provincial de medios, que explota el único canal de aire con que contaba el departamento. Lo he dicho en otras oportunidades, la injusticia aunque sea amparada por el aparato judicial, es reversible porque al final se impone el derecho y el sentido común. Nuestro derecho a la televisión estatal, pagada por todos los argentinos no nos podía ser negado.

Es muy importante recordar y tener presente en todo momento y lugar que lo que acontece en la familia repercute en la sociedad y viceversa. Es decir que todos nuestros actos tienen consecuencias positivas o negativas sobre los demás, no solo para quien los lleva adelante. Mi anhelo mayor es que quien lea estas memorias encuentre en ellas ejemplos positivos que lo ayuden en su tránsito por la vida.

Si un solo lector recibiese beneficios de lo narrado se justificaría el tiempo dedicado a su escritura.

¡Muchas gracias por haber tenido paciencia y llegar hasta el final!

¡Que Dios te bendiga!

Lorenzo Durán


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