lunes, 26 de marzo de 2012

¿De los groseros no se habla?


De lo acontecido en Malargüe durante el Festival del Chivo, cuando desafortunadamente el Padre “Pato” subió al escenario y le quitó el micrófono a quien estaba burlándose de la fe y creencia de la mayoría de los argentinos, la prensa sólo se ocupó de lo que hizo el cura.

 Todos los medios han hablado y algunos lo siguen haciendo de su inoportuna intervención y las posteriores y discutibles declaraciones. Por aclarar oscureció más el panorama, pero lo curioso es que nadie dijo o publicó una palabra de lo grotesco, vulgar y ordinario de quienes estaban realizando la parodia sobre el clero. 

Cuan diferente habría sido la reacción y las publicaciones si la parodia hubiese sido sobre las “Madres de la Plaza de Mayo”. Hasta Hebe de Bonafini habría subido a darles con un caño y los defensores de los derechos humanos los habrían crucificado por discriminación. A esta hora el grupo estaría buscando otro medio de vida.
 Pero claro, no se trató de las Madres sino del Clero, razón por la que nadie los tocó ni los tocará y tampoco ningún medio ha hecho referencia a que entre el público había niños y adolescentes que vieron y escucharon las vulgares, grotescas y desafortunadas expresiones y gestos de los intocados pseudocómicos.

¿No son los niños los únicos privilegiados? ¿Por qué entonces nadie salió a  defenderlos? ¿Por qué los padres no reaccionaron y los silbaron y abuchearon? ¡Para pensarlo!


26/01/2011

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